RUiDO: Un salto hacia lo personal y experimental
- Jose L. González

- hace 7 días
- 2 Min. de lectura
RUiDO destaca por su diversidad sonora y por letras introspectivas que nos invitan a mirar de frente los problemas para aprender y salir victoriosxs. En su faceta como productor, Zizzy explora géneros como lo-fi, disco, afrobeats, reggaetón y R&B, construyendo una narrativa musical que fluye entre la calma y la euforia.
El álbum nos transporta a través de las emociones más profundas: un mar tranquilo que, en cualquier momento, despierta con olas que sacuden y provocan un estruendo. Ese ruido que brota para apoderarse de todo y recordarnos que, aunque haya momentos que nos marcan o nos resulten complicados, la calma siempre vuelve.
A lo largo de sus 13 canciones, Zizzy se abre con honestidad, mostrando un lado vulnerable y personal. Las letras son directas, crudas y confesionales, relatando anécdotas con las que muchxs pueden conectar. Desde el inicio, con una balada lo-fi, establece un tono íntimo y melancólico. En la canción homónima, expresa el vacío emocional y la lucha interna con líneas que resuenan:
“Solo dije que la amaba pa’ tener dónde dormir / Y claro que la besé, pero fue pensando en ti.”
El álbum juega con los cambios emocionales, en ocasiones rompe con la tranquilidad de manera abrupta, construyendo atmósferas que exploran el deseo, la liberación y la culpa. Es ahí donde se percibe con claridad la intención detrás del proyecto: crear una experiencia musical completa, una travesía emocional más que un simple conjunto de canciones.

Como productor, Zizzy experimenta con la densidad del sonido, superponiendo capas eléctricas y orgánicas que evocan el “ruido” como metáfora. Como autor, usa la voz para tejer la tensión entre silencio y bullicio. En ese sentido, la producción del álbum se siente intencionada: no se oculta la imperfección lo que da al álbum carácter de experimento bien pulido pero emocionalmente crudo.
Aunque hemos explorado diferentes facetas de Zizzy en AQUÍHAYAQUIHAY, con RUiDO apuesta por una visión más libre y personal. Se percibe mayor confianza al alternar géneros, alterar estructuras, y hablar desde un lugar mas intimo.
Una colaboración destacada llega en el track 8, “VENGATIVO”, junto a Yeyo e Easykid. La canción alude al resentimiento y la retribución; líricamente, Zizzy parece hablar de heridas, ya sean personales, profesionales o emocionales. La producción es intensa, con ritmos agresivos, bajos marcados y vocales que oscilan entre la suavidad y la contundencia. Yeyo e Easykid funcionan como ecos de Zizzy, más que simples acompañantes: amplifican la tensión emocional y la ambivalencia entre deseo y rencor que articula la canción.
Con el eslogan “No es música, es RUiDO”, Zizzy deja claro que lo suyo no es solo entretenimiento, sino una forma de catarsis. Su álbum es un viaje emocional y cultural que combina vulnerabilidad, identidad y experimentación.
Para quienes buscan algo más que una canción pegajosa, RUiDO se convierte en una experiencia de autoconocimiento: un recordatorio de lo que fuimos y de lo que podemos llegar a ser. Y para Zizzy, es también una declaración:
“Estoy aquí, hago mi ruido, y lo escucho.”



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