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Foto del escritorMónica Torres

Cotidiano, encantador y cuchareable: Una visita a la mente de Natalia Bric.


De 25 años, nacida y crecida en Ciudad Juárez (“frontera con El Paso, Texas”, intervendría la artista), Natalia se define a sí misma como una persona curiosa, extrovertida, sumamente introspectiva, volátil e impulsiva.


“Natalia es una persona que le gustan los cambios, le gusta probar cosas nuevas. Es alguien que no puede estar quieta tanto tiempo y es una mujer que se cuestiona mucho los por qués, las razones, los motivos y que se considera a sí misma siempre principiante, siempre aprendiendo”,

comparte en entrevista con BSIDE.


Bric también se percibe como una persona religiosa o creyente, algo que ha impactado su forma de ver el mundo y, por supuesto, de hacer arte, un proceso que inició durante su desarrollo profesional pero que hasta hace recientemente se sintió en la libertad de crear algo propio y compartirlo con otros.


Ahora con su exposición “No del todo inútil”, Natalia Bric ha salido al mundo como artista y expuesto sus piezas en territorio mexicano y estadounidense.


“La expo la llamamos, ‘No del todo inútil’ porque estoy tratando de transformar un objeto que es útil a ser solamente apreciativo y con la fe de que cuando lo veas reestructurado o de otra manera, tú lo puedas ver y digas ‘wow, me está comunicando algo, tiene algo poderoso que decirme y al final del día no es tan inútil como yo pensé que fuera”, dice Bric.


Acompaña al equipo de BSIDE Labs a conocer más sobre lo que inspira a Nat, la historia detrás de su arte y aquello que la motiva a seguir creando, seguir creyendo y, sobre todo, a pensar que lo que hace no es del todo inútil.



Artista visual, creyente e ¿impostora?

De acuerdo con Natalia, su viaje artístico inició cuando entró a la carrera de Artes Visuales en Ciudad Juárez, no obstante, ella confiesa que desde 2017 hasta recientemente no había sentido la libertad o el impulso de querer producir “sin miedo”.

“En la carrera había una presión muy intimidante a la hora de que los alumnos quisiéramos crear algo. Siempre había como una presión de los profes que te hacían sentir de que ‘debo de estar haciendo arte’ o tal vez esto será solamente muy [síndrome del] impostor de mi parte”.

Asimismo, la joven explica cómo su religión, si bien fue y continúa siendo un pilar en su identidad, hubo un punto durante esos años formativos en los que fue utilizada en su contra para desvalorarla, algo que le costó trabajo afrontar.

“Hasta apenas ahorita me quité esa carga. Me la quité porque es algo que no tiene nada de sentido, no hay un sólo tipo de artista y creo que es importante respetar la diversidad en todos sus sentidos, la voz de los artistas, su contexto, su situación”,

En sus palabras, Natalia es una persona religiosa, una persona creyente y eso es algo que nunca ha sentido la necesidad de ocultar, sin embargo en la carrera cuenta cómo sufrió una una presión por ello, sin razón alguna recuenta ella, siendo objeto de burla.

“Creo que todos esos años en la escuela fueron muy muy difíciles a la hora de ser yo y de querer hablar desde lo genuino, desde quien soy. Hasta este año he aprendido a valorar quién soy, de dónde vengo y hablar desde esa perspectiva, siempre con respeto, amor y con un discurso que dignifique a los demás”,

Redefiniendo las cucharas en “No del todo inútil”

El significado y la inspiración detrás de “No del todo inútil” se remonta a una “cosa” tan cotidiana que probablemente la tengas no sólo en tu casa, sino incluso a tu alcance mientras lees este artículo: la cuchara.

“La cuchara es un objeto que vemos que está hecho sólo para satisfacernos o cumplir nuestra expectativa y necesidad de hambre, lo vemos resistirse a ser solamente usada y a lo largo de este tiempo busqué reinterpretar a la cucharada, darle un darle una nueva apariencia y después darle una historia con sentimientos”.

“Entonces inicia, la cuchara como despojándose de estos elementos tradicionales y comenzando a construirse a partir de otros elementos como el cabello, la tela, el plástico, el alambre, el barro y después de eso creo que ahí todavía la cuchara nos está retando a percibirla como algo diferente” agrega.


De acuerdo con Natalia, las cucharadas de sus esculturas retan a la audiencia con una voz propia diciendo: “ya no me parezco a lo que me asociabas, pero sigo evitando tu mundo físico o sea estoy en lo tangible”, adquiriendo no sólamente una caracterización visual sino una personalización.


La exposición también se acompaña por ilustraciones explorando una historia con sentimientos de amor, de maternidad, comunidad, amistad y tristeza según explica su creadora, quien anteriormente ha trabajado en sus dibujos temáticas que se introducen en el erotismo desde su perspectiva como una persona religiosa, enfatizando la belleza y delicadeza de las piezas.


“Se me hace hermoso cuando todo esto está en una pared y es como de ‘ya no necesito a los humanos para validarme, yo ya tengo mi historia y soy suficiente en esto, ya soy libre para mí, libre de ser usada’”, indica.




Conoce el proceso creativo detrás de NDTI

De acuerdo con Bric, si bien dentro de su proceso creativo existen diversos elementos, uno de los más importantes ha sido las conexiones interpersonales que tiene como persona y artista, ya que Nat cuenta cómo se rodea de gente que aprecie el arte y que le de valor a su trabajo independientemente del hecho de que haya


estudiado en la Escuela de Artes.

“Me gusta rodearme de gente que también esté produciendo constantemente, no importa si lo expones o si es público o no, simplemente que esté que esté trabajando en algo y tampoco importan las cantidades de piezas que hagan pero que esté trabajando porque siento que ahí es donde podemos como hacer una comunidad e inspirarnos, retarnos y animarnos. En esta travesía del arte como es tan personal muchas veces tendemos a tirar la toalla, y no. Está chido tener a gente cerca que te animen y que te impulsen”

Del mismo modo, Bric considera vital estar consumiendo arte, así como, apoyar exposiciones de arte de otros artistas; en este tema, Natalia, comenta cómo en su ciudad no solía encontrar exposiciones, comentando que no se apreciaba tanto el arte y eso la ha motivado a hacer una prioridad el buscar exponentes y apoyarlos. “No importa si es en mi área, donde yo trabajo o si no tiene nada que ver, yo quiero ir, y entonces estoy constantemente buscando espacios para ir a apreciar”, comparte con BSIDE.


Similarmente, Bric menciona elementos como la intuición y la impulsividad como componentes importantes en su proceso creativo ya que, aunque anteriormente los asociaba con cuestiones negativas y defectos personales, hoy en día son algo que la motiva a crear arte y, sobre todo, a fluir.

“A la hora de hacer algo, confía en que no pasa nada si las riegas, puedes volver a hacerlo y lo vas a volver a hacer, no desde el desconocimiento así total, sino que lo vas a hacer desde un paso adelante con una pequeña experiencia extra”,

Cucharadas de barro, cerámica y mechones de cabello

Según recuenta la escultora, el reto más grande en términos de materiales fueron el barro y la cerámica, esto debido a la lentitud del proceso y la capacidad de ambos materiales para transformarse completamente en cada etapa del proceso.


“Tú a primera instancia ves el barro, la pieza como cruda y dices, ‘ay, qué bonita’, luego la horneas y cambia el color y luego le pones el brillo y otra vez cambia, entonces es bien delicado todo el proceso y por eso involucra mucho cuidado, mucha paciencia”, explica Natalia.



“Y pues bueno, ahí fue un choque entre mi persona que a veces es súper impaciente y medio atrancada, que medio ya me aburrí del proceso del barro y así, pero es bueno, al final tuve que aprender a convivir con eso”, contó entre risas.


Por otra parte, Bric confiesa que el material más delicado de trabajar fue su propio cabello, mismo que ya había cortado para otra pieza que había realizado en 2018 y que lo tenía guardado junto con el cabello de una tía. De acuerdo con la artista, el cabello es un material muy delicado de tratar ya que se sale de las manos fácilmente y, por ende, fue un reto no sólo de paciencia sino incluso de técnica ya que había que lograr que este pudiera convivir bien con otros materiales como la tela, el material más utilizado para acompañar al cabello en la exposición.


Del mismo modo, Nat enfatiza cómo una de sus piezas más retadoras pero más catárticas de la colección está elaborada completamente de cabello, haciéndola a su vez la pieza más delicada de todas.


“Es que es un gran bonche de cabello, tratando de darse forma y de no salirse, pero yo intenté unirlo, con hilo, cosiéndolo, pero en el cabello, como todo es como hilitos pequeños, pues se salía entonces fue un proceso muy delicado estarla uniendo”, dice. “Pero al final cuando la vi dije ‘me encanta’, creo que es mi pieza favorita y es una pieza que está hecha de mí, pero también que está separada, pues ya tiene su propia libertad, ¿no? O sea es mi cabello, pero como muy propio de la cuchara, siento que ya ni siquiera es como si fuéramos amigos como que es muy de la cuchara y ya”, agregó.


“Una escultura y una gordita por favor”: Cd. Juárez, el hogar de la primer instalación de NDTI

“El espacio que escogí para la primera exposición fue de hecho el que me impulsó a decir ‘tengo que hacerla ya, sin perder el tiempo’ y sucede que es en un puesto de gorditas en un local de gorditas de aquí de Juárez”, recuenta la escultora.

“Tuvimos una venta ahí para recaudar fondos para suplir una necesidad y toda la comunidad fue entonces subí porque me dijeron: ‘Oye, ¿quieres ir arriba a comer ahí a sentarte?’ y me enteré que arriba tenían un espacio como una obra negra porque quieren hacer locales y entonces cuando lo vi con la luz que entraba perfecto, no necesitaba nada”, explicó.


De acuerdo con Natalia, los dueños le dieron oportunidad de exponer en el espacio y eso fue muy significativo para ella ya que lo llamó un “espacio muy simbólico” al tratarse de gente de su comunidad y sentirse tan respaldada y amada por ellos.


Asimismo, mencionó que el lugar vendía comida típica de Juárez y México, un paralelo que si bien le pareció extraño asociar al arte con un local de gorditas, sintió que también era muy representativo de donde era y sus raíces.

“Algo que también me gustó mucho es que era un lugar muy descentralizando el arte, o sea, siento que era muy coherente con el discurso de la exposición, de no quedarse y resistirse y pues donde usualmente se exponen pues pueden darle otro significado al arte, entonces me fui por esta locación”, dijo la escultora.

“Como era obra negra el espacio no había puertas ni nada y pues solamente pude exponer un día, pudiera haberla hecho más días, pero por lo mismo era muy pesado ir y llevar cosas, como no había seguridad como tal no se pudo, pero también siento que fue algo muy muy mágico”, indica Bric, quién después tuvo la oportunidad de llevar a cabo una segunda expo pública de NDTI en El Paso, Texas en Sabio Studio.


La última cucharada; un adiós (por ahora) a Natalia Bric

La razón de Bric para realizar esta exposición, según cuenta ella, fue para probarse a sí misma que sí podía aún en contra de las voces en su cabeza que le decían que nadie iba a ir a una exposición de alguien que nunca había expuesto o que no tenía una reputación en el mundo del arte.

“Yo decía ‘nadie va a ir, qué vergüenza, qué cringe,’ no me quería llevar la desilusión pero pues estuvo muy chida porque fue bastante gente de mi comunidad religiosa pero también de mi comunidad de Artes, gente alternativa, no sé, fue algo increíble ver cómo cómo este mundo en el que me sentía en medio se estaba uniendo”, indica la creadora.

Como despedida, de esta pequeña nota con nosotros y una breve ventana al mundo de Natalia, Bric nos deja con algunas palabras de sabiduría de lo que aprendió en su primera vivencia compartiendo su arte.


Según explicó la expositora, dos de los más grandes retos que ha compartido con otros artistas son el miedo y la intimidación de hacer algo y sentirlo “como poca cosa”, siendo incapaz de darle valor a nuestras propias creaciones y desprestigiando el esfuerzo y talento detrás de las piezas exitosas que hemos realizado.

“Muchas veces me ha pasado en este recorrido de arte que siento que si me ha salido bien algo ha sido de chiripa y sentirme como bien impostora, entonces yo enserio les diría a todxs los artistas que puedan leer esta entrevista que no hay nada que perder, no hay nada que demostrar y que genuinamente la gente no está pendiente de si estamos haciendo algo”, dice Nat.

En ese tono, Bric invita a dar el primer paso, citando a su amigo e inspiración Alonso Robles, artista y pintor, quién le dijo que: “Lo más difícil es ponerse a chambear y cuando empieza a jalar y muestras tu trabajo, ya todo de ahí es mucho más fácil”.


“También los animaría diciéndoles que no hay tal cosa como el buen arte o el mal arte, arte chido y arte vulgar o corriente, claro que no, está lo que nosotros queremos decir y cómo lo queremos mostrar es poderoso y y no nos tiene que importar si alguien le gusta o no. Van a ver que hay gente que le gusta cuando somos genuinos y leales a nosotros mismos”, concluye.

Agradecemos a Natalia Bric por su tiempo y su arte, a Marla Bric por las fotografías y al equipo de BSIDE por el desarrollo de la nota.


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